Descubre a su mujer. Se miran intensamente durante unos instantes. El da uno o dos pasos hacia ella. Se para sin dejar de mirarla. Al fin, la abraza, frenetico y mudo. Pasan unos instantes de hondo silencio, Luego, siempre abrazados, caminan hacia la salida seguidos, en absoluto mutismo, por los cuatro parroquianos