De confirmarse estos pagos del país nipón para ser sede de los Juegos Olímpicos, esto supondría otro escándalo para el Comité Olímpico Internacional parecido a la designación de Salt Lake City (Estados Unidos) como sede de los Juegos de invierno de 2002. En aquella ocasión hasta 13 miembros del organismo fueron expulsados por haber vendido su voto.